31 oct 2012

Martín Lutero


A 495 años (que se cumplen hoy 31 de octubre) de la gran hazaña de Martín Lutero (colgar sus 95 tesis en la puerta del castillo de Wittemberg) como rechazo e inconformidad ante la jerarquía de la Iglesia católica al abusar de su poder para abastecer su monarquía cada vez de más dinero y terminar así la suntuosa basílica de san Pedro. (¿Y los pobres...?*).

Pues sí, Lutero tuvo la valentía como teólogo, de enfrentarse al papa de Roma y a sus servidores los cardenales. La vaina es que a Lutero, como siempre el que protesta es el malo, le echan la culpa de «dividir» la Iglesia. Los que han leído a profundidad sobre el cristianismo saben que él no tuvo la culpa de aquello que lo culpan. Fue el mismo papa León X quien se encargó de hacerle mala fama a Lutero por sus actos de rebeldía en la bula Decet Romanum Pontificem (satisface al romano pontífice). Siendo este suceso -el de la Reforma Protestante-, más importante que el de Miguel Cerulario en 1054 cuando por su «culpa» se dividió la Iglesia en Occidente y Oriente, como hoy se regenta.

Antes de Lutero existieron otros dos «gansos» no tan grandes y poderosos, Juan Huss y John Wicleff. El primero, cuando estaba siendo quemado en la hoguera por «hereje» dijo: «van a asar a un ganso, pero dentro de un siglo encontrarás a un cisne que no podrás asar». Y preciso, en 1517 apareció Martín Lutero clavando sus tesis en el castillo, en su escudo de armas figuraba un cisne.

La inconformidad de este monje alemán surgió por los excesivos abusos de la hegemonía clerical que, sin importar pobreza o riqueza de sus creyentes solo querían dinero. Ejemplo: si alguien  moría (nadie es tan malo para ir al infierno y no ser salvado por la misericordia de Dios y nadie tan bueno para ir directamente al cielo donde habita Dios) apenas su familia pagaba la indulgencia (daba dinero para que la pobre alma descansara en paz) inmediatamente la moneda cayera en la caja (papal) el alma ascendía al cielo (Tesis # 27). ¡Sí, claro!

Entonces, imagínense; si la persona era pobre y no tenía dinero para pagar dicha indulgencia, literalmente «se lo llevaba el putas». Menos mal ese «problemita » del medioevo ya se abolió, porque o si no el infierno estaría repleto de africanos. 

Pero, la jerarquía, como sabía que tambaleaba por haber creado farsas para obtener dinero, dio la oportunidad a Lutero de retractarse (era el verdadero talón de Aquiles). Le enviaron la bula papal Exsurge Domine (Levántate Señor) y citaron a Lutero en la famosa «Dieta de Worms». Le dieron un ultimátum. O se arrepentía de sus tesis o sería excomulgado, anatemizado; ¡maldito! Lutero como no fue ningún caído del zarzo, fue a la cita, pero, obvio, con sus secuaces. Le preguntaron que si quería arrepentirse. Pidió tiempo para pensar y al día siguiente volvió y dijo: «no le creo ni al Papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos. ¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura! ¡Qué Dios me ayude. Amén!.

El papa al ver que éste (Lutero) iba a ser su «piedra en el zapato» decidió excomulgarlo en la primera bula que cité.

Lutero fue un genio, enfrentó, no tanto a la Iglesia, sino a los imperialistas que abusan de su poder y del nombre de Dios para enriquecerse y/o cometer fechorías. Lutero solo dijo y escribió la verdad (lo tildaron de «borracho» al escribir las tesis. Recuerden que los borrachos y los niños no mienten). Decir la verdad, como ustedes bien saben; a los de arriba (poder) les duele y como siempre el que no acate las reglas (el yugo y la opresión. Palabras coloquiales: que no sea del montón) no sirve, hay que sacarlo del camino.

«Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión plenaria de pena y culpa, aun sin cartas de indulgencias» (Tesis # 37).

Concluyo con una excelente frase de Martín Lutero: «el pensamiento está libre de impuestos».

3 oct 2012

El PECADO DE LA IGLESIA


Y dele con la Iglesia. No es ningún rencor o resentimiento, como algunos pensarán, es, simplemente, como dice el adagio: «las cosas se hacen bien o no se hacen».

Sí señores, vamos a hablar sobre el pecado de la Iglesia ¿cuál? De tantos (*?), el más bochornoso es el homosexualismo de los mismos presbíteros. Es un tema controvertido, eso de esconder y tapar las faltas, aunque los obispos digan que no; que están sorprendidos. Pecan contra el 8° mandamiento de la Ley de Dios. ¡Es gravísimo!

O sea, como en la política, el que esconde o alcahuetea un delito, debe pagar ante la justicia, así pasa con los abusadores de niños, seguramente pagarán ante Dios (Ley Divina), pero, OJO, este es el pecado de la Iglesia; ENCUBRIRLOS. No, no, no, ellos, por muy servidores de Dios, deben pagar sus fechorías. Leyeron bien: "servidores de Dios". Entonces, si el cura abusa sexualmente de un menor de edad y otro hermano suyo, sacerdote, sabe el pecado y el delito, este también debe responder ante los dos estrados (judiciales y celestiales). Eso es justicia, ¿no?

No venía al acaso. Ni quiero parecer profesor, pero ante los errores constantes de la gente debo aclarar: la pedofilia es abusar de un menor que sea pariente/familiar; pederastia es abusar de un menor de 12 años. Efebofilia es tener relaciones sexuales con adolescente (mayor de 12 años).

Retomemos. Decía Juan Pablo II a Ali Agca, el hombre que intentó asesinarlo: "yo te perdono (obviamente el hombre se arrepintió), y Dios también lo hace, pero debes pagar ante la ley".

"Yo no aborrezco a los homosexuales, ni más faltaba, son mi hermanos, son humanos, erran como usted o como yo, el gran pecado de ellos es que son los que más atacan a los otros homosexuales (esos que sí salen del clóset)", dice Alberto Cutié, exsacerdote católico, hoy día anglicano, en su libro "DILEMA: la lucha de un sacerdote entre su fe y el amor", refiriéndose a los sacerdotes homosexuales que, según él, son el 60% de los presbíteros de EE. UU.

No se trata de atacar a la Iglesia, no. No es mi papel, se trata de ser correctos ante Dios y la humanidad. Nunca diga; como un sacerdote argentino: "violar la fe es 10 mil veces peor que violar una hija". No entiendo el significado de esta absurda afirmación. ¡Habrá que hacer un silogismo sobre esto!

El error de los obispos, que se supone son los jefes (son los que mandan en su jurisdicción), es que no los retiran de sus ministerios. ¿Por qué dejan que sigan abusando de niños inocentes?. Los sacerdotes, en los grupos parroquiales y demás, piden orar por ellos (por los abusadores). Sí, listo, pero ¿y mientras tanto?
Que sigan abusando de su poder clerical...

Concluyo con las palabras del cardenal Martini: «si dos personas del mismo sexo quieren casarse, no veo por qué debemos impedirlo». Si bien es un mandato divino, la unión entre un hombre y una mujer, ¿no dio Jesucristo el poder a Pedro (el Papa) de atar y desatar lo que vea conveniente para el bien del otro?. Por eso, no creo que Dios se pongra bravo porque los homosexuales se casen y vivan bien.

Entonces, qué viene siendo más irónico: ¿un sacerdote pederasta y homosexual que habla mal de los homosexuales (predica, pero no aplica)? o ¿Una pareja del mismo sexo que quieren seguir a Dios en el sacramento, pero que se les impide?

«Los teólogos no producen las crisis; simplemente las señalan». Hans Küng

¿CUÁL ES EL PECADO?