13 oct 2014

¿Por qué el ébola, a pesar de todo, no es tan trascendental?

No soy profesional de la salud, pero esto no me exime —como ciudadano del mundo— para preocuparme y darle la suficiente relevancia para escribir sobre este virus que está golpeando fuerte y principalmente, a los países pobres de África. Hasta el momento van más de 4.000 muertos por esta mortal enfermedad, la mayoría de estos decesos, según la OMS, se han dado en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Lo fatal de este brote es que hay un riesgo de mortalidad del 90% (Ib. Datos oficiales).

Aquí lo más preocupante para mí es que, pese a que este virus es letal, no se le ha dado trascendencia inminente, como debería, pues las víctimas son, como lo mencioné anteriormente: personas pobres y para rematar; son negros (lo digo porque la humanidad, pese a todo, es sumamente racista y xenófoba). No han pensado que si la cepa de este virus hubiese mutado en un país conocido como potencia mundial ¿ya se habrían tomado las medidas preventivas para evitar su expansión? Mejor aún: ya existiría la vacuna para este mal. Pero los infortunados, como cosa del destino, tuvieron que ser de nuevo los pobres. ¡Qué cosas, ¿no?!

Lo paradójico es que, solo hace 60 días, la OMS declaró este virus y su enfermedad como «emergencia pública sanitaria internacional», más claro: cuídense, países, porque ataca (de nuevo, ya había aparecido en el año de 1976) un virus peligroso, que pone en riesgo la salud de los humanos. Ahora bien, otro perjuicio es que el virus también ataca a algunas especies de animales, los más perjudicados son los simios y los murciélagos (estos últimos, dicen que son los originarios del virus). 
 Lo cierto es que esta epidemia podría volverse pandemia de no tratársele y dársele la importancia significativa que esta merece, algo difícil, porque los damnificados son habitantes de naciones en vías de desarrollo.

 A nivel mundial, los aportes más apremiantes son los de China, que envió 59 expertos (entre médicos y técnicos) y Cuba, que expidió 165 médicos, enviados a los tres países más infestados, para luchar contra este voraz virus. En América, lo sorprendente es que hubo preocupación no porque el virus haya llegado al continente, sino porque el primer caso se dio en Estados Unidos, ahí sí empezó la emergencia, porque tocó al país intocable.

Ojalá hallen cura para este virus y cese la venganza de la naturaleza, tal vez, contra los países más pobres de la tierra, esos mismos que, cuando no los ataca el hambre, los embiste una enfermedad. ¡Dios nos libre!

5 oct 2014

Las diez mil becas de Santos y algo más

Tan generoso nuestro Presidente,  condenará, digo; condonará 10 mil becas para que estudiantes sobresalientes en las Pruebas Saber puedan acceder gratuitamente a la educación universitaria. Pero, no nos han dicho: ¿Quiénes las pueden obtener? ¿Qué pasa si el beneficiario deserta del estudio? ¿Por qué 10 mil becas y no empleo a los neoprofesionales? ¿Puede competir un Icfes alto de estrato bajo con un Icfes superior de estrato alto? ¿Hay beneficios alimentarios, de vivienda y transporte suficientes para que los estudiandos se dediquen únicamente a su academia (teniendo en cuenta que se dirigen a personas de escasos recursos)? ¿Son, las personas pobres, los mejores Icfes del país? ¿El Icfes garantiza que un buen estudiante de población marginal se quede sin estudios superiores solo por no sacar un puntaje alto? ¿Para cuándo infraestructura, pedagogía y maestros de calidad en la educación básica primaria y secundaria? ¿Hay oferta laboral con salarios dignos para cuando se gradúen?

Aquí viene lo más ‘terrible’: entre el 55 y 60% de los jóvenes que ingresan a estudios superiores han obtenido puntajes altos en las pruebas Icfes y el 56% de estos, sus padres ganan más de 9 SMLV (Datos del MEN), paradójicamente, entonces, los estudiantes estratificados con Sisbén 1 y 2 (a los cuales Santos aspira ‘ayudar’ con becas), en realidad, no serán los mejores Icfes del país, sino que, asumirían este riesgo quienes obtengan un ponderado de nivel medio en estas pruebas que cualifican cómo está la educación de un estudiante.

Listo, sabemos ya que hay 10 mil becas y toda la parafernalia, lo que no nos cuentan es que el 49% de esos becados, como es común en Colombia, desistirán de sus estudios por alguna razón, o sea que,  en consecuencia, la deuda no será financiada por el Gobierno sino por el dimitente. Ahora bien, el meollo de todo esto es que, si con esta promesa ocurre lo mismo que con el programa de las cien mil viviendas, prometidas en el 2010 y que hasta la fecha no van ni la mitad, se salvarán cientos de estudiantes de ser esclavos del Icetex.

Ojalá estas líneas sean en vano y estos diez mil honoríficos académicos sean promisorios a corto y mediano plazo en Colombia, aunque, no soy negativo ni pesimista, solo veo la realidad que injustamente hemos padecido con estos mandatos neoliberales. ¡Muchachos, sálvense de esa hecatombe estatal!