Tan
generoso nuestro Presidente, condenará,
digo; condonará 10 mil becas para que estudiantes sobresalientes en las Pruebas
Saber puedan acceder gratuitamente a la educación universitaria. Pero, no nos
han dicho: ¿Quiénes las pueden obtener? ¿Qué pasa si el beneficiario deserta
del estudio? ¿Por qué 10 mil becas y no empleo a los neoprofesionales? ¿Puede
competir un Icfes alto de estrato bajo con un Icfes superior de estrato alto?
¿Hay beneficios alimentarios, de vivienda y transporte suficientes para que los
estudiandos se dediquen únicamente a su academia (teniendo en cuenta que se
dirigen a personas de escasos recursos)? ¿Son, las personas pobres, los mejores
Icfes del país? ¿El Icfes garantiza que un buen estudiante de población
marginal se quede sin estudios superiores solo por no sacar un puntaje alto?
¿Para cuándo infraestructura, pedagogía y maestros de calidad en la educación
básica primaria y secundaria? ¿Hay oferta laboral con salarios dignos para
cuando se gradúen?
Aquí
viene lo más ‘terrible’: entre el 55 y 60% de los jóvenes que ingresan a
estudios superiores han obtenido puntajes altos en las pruebas Icfes y el 56%
de estos, sus padres ganan más de 9 SMLV (Datos del MEN), paradójicamente,
entonces, los estudiantes estratificados con Sisbén 1 y 2 (a los cuales Santos
aspira ‘ayudar’ con becas), en realidad, no serán los mejores Icfes del país,
sino que, asumirían este riesgo quienes obtengan un ponderado de nivel medio en
estas pruebas que cualifican cómo está la educación de un estudiante.
Listo,
sabemos ya que hay 10 mil becas y toda la parafernalia, lo que no nos cuentan
es que el 49% de esos becados, como es común en Colombia, desistirán de sus
estudios por alguna razón, o sea que, en
consecuencia, la deuda no será financiada por el Gobierno sino por el
dimitente. Ahora bien, el meollo de todo esto es que, si con esta promesa
ocurre lo mismo que con el programa de las cien mil viviendas, prometidas en el
2010 y que hasta la fecha no van ni la mitad, se salvarán cientos de
estudiantes de ser esclavos del Icetex.
Ojalá
estas líneas sean en vano y estos diez mil honoríficos académicos sean
promisorios a corto y mediano plazo en Colombia, aunque, no soy negativo ni
pesimista, solo veo la realidad que injustamente hemos padecido con estos
mandatos neoliberales. ¡Muchachos, sálvense de esa hecatombe estatal!
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