30 nov 2012

¡NAVIDAD!

Todo se remonta al s. IV, donde surgió la fiesta de la "Natividad (nacimiento) del Señor Jesús". Unos hablan de que esta fiesta antiguamente era pagana, y que los cristianos la acomodaron como tal para atraer más a sus fieles y dar -en el calendario gregoriano-, una fecha específica para el nacimiento de su Salvador.

En realidad, son suposiciones, tradiciones que surgen a lo largo de la historia. También se dice que en varias culturas, en el mes de diciembre celebraban la fiesta de su dios el sol, el que los iluminaba y guiaba en su camino.

Pero miremos, si fue o no «acomodada» por los cristianos, esta fiesta (25 de diciembre), es la fecha más importante para los mismos, porque listo, Jesús murió en una cruz y padeció toda clase de torturas y resucitó, pero tuvo -obviamente-, que nacer, y para los padres, el día más importante de sus vidas es cuando nace su hijo. Y claro, todo cristiano debe alegrarse ese día; el onomástico de su Mesías.

Ahora bien, ¿qué significa esta fiesta? Cerca de mil millones de personas en el mundo la celebran, aunque no todos con el sentido original; el religioso. Podríamos decir: ¡mutó la fiesta! Ya no es importante adorar aquel nacimiento, y más que eso, el hombre que nació, aquel que transformó el mundo. Sino que es "importante" repartir regalos en nombre del mismo, su natalicio está pasando de una forma pagana y mundana a un segundo plano.

Celebrar el nacimiento de Jesús es aprovechar para estar en familia, compartir, disfrutar, estar con los seres este día, pues muchas veces por circunstancias de la vida, nos dispersamos. Listo, excelente idea, pero ojo, eso no es todo, es ver en aquel hermano que no tiene nada, el rostro de Dios, ayudarlo, hacer un gesto de caridad, escucharlo, visitarlo, sacarle una sonrisa. Hay gente que se está "muriendo" de soledad y es menester hacer algo por ellos. Son gestos que no empobrecen a nadie, al contrario, enriquecen al que lo recibe, porque, aunque usted no lo crea, una sonrisa y tiempo sacado del alma (como nos la pasamos "tan" ocupados), valen más que un mercado de cien mil pesos, el cual das (sin juzgar) solo por "cumplir" con tu deber como cristiano o humano, porque crees que debes ayudar, no porque nace hacerlo.

Jesús nació en un pesebre, con un gran gesto de humildad, «siendo rico se empobreció, para enriquecernos con su pobreza». Recordemos que en un establo (pesebre), no solo están los animales, también está su estiércol, ¡imagínense!, pudiendo haber nacido entre el oro de ofir, nace en la pobreza extrema, signo del desprendimiento y señal del ser preferido; el pobre. Aunque se diga que Dios olvidó a los pobres, por el sufrimiento que estos padecen.

Si hubo vacas, bueyes, pollos, gallinas, cerdos, caballos, si los guió o no una estrella, si eran 3 o 4 los reyes magos, no importa, lo realmente importante es que desde que nació se esperaba que naciera en el palacio del rey, y vean donde lo hizo. ¡Quién iba a pensar que aquel niño frágil, acompañado de su madre biológica y su padre adoptivo, sería quien revolucionara el mundo!

Recordemos que el origen del pesebre se remonta a la época del gran «pobrecillo de Asís» (San Francisco). Él fue quien inició esta gran "hazaña" en el s. XII.

El árbol, las luces, san Nicolás (papá Noel), etcétera, etcétera, etcétera, son símbolos añadidos, no quitan ni elevan la fe en Jesucristo. Eso, en muchas ocasiones, no hacen parte más que del consumismo parafernalio que vacía los bolsillos de los creyentes.

Entonces, no basta con compartir entre nosotros (los mismos de siempre), comer hasta que no nos quepa más, ingerir licor hasta perder la conciencia; ¡no! En esta fiesta, ayudemos al que lo necesita; al pobre, al niño, como lo haría Jesús de Nazaret (ellos son sus preferidos). Eso es Navidad, eso es celebrar el nacimiento del Hijo de Dios, eso es conmemorar el gran día en el que habitó el Redentor en la tierra.

Si usted cree en Cristo y se olvida del prójimo, créame: ¡no está haciendo nada!

16 nov 2012

¡Haz la diferencia!

Saliendo a la calle, un día normal, vi como las palomas eran espantadas por la inocencia de los niños en la plaza, al querer cogerlas para jugar con ellas, pero es perdonable; son niños, aunque sepan que son seres vivos no tienen la capacidad para disponer de lo que le puedan hacer a las aves que simbolizan la paz.

Luego vi una persona iracunda con su vecino de "parqueo" porque este estacionó su moto donde no debía, es decir, le robó el turno, discutieron como quince minutos, habiendo mucho más espacio para guardar la otra motocicleta, pero es que el lugar lo tomé yo primero. Los dos habían llegado al sitio casi a la par. ¿¡Intolerancia al cien, ganas de pelear!?

Luego fui al banco y ¡ayyy!, aquí sí que es cierto, dolor de cabeza y/o malgenio seguro. Entidades financieras de cinco cajeros y solo atienden dos. Bueno, el caso es que un señor con uniforme verde y su apellido al costado derecho al nivel del pecho, solo porque es funcionario público (sí que nos "sirve"), fue directamente donde su amigo de farra; el cajero.

La vaina no es el amigo, ni el mismo "servidor" (porque usted o yo hemos pedido esos favorcitos) es el irrespeto para con los demás. Llevar una o dos horas en una cola y llega un pendejo (no tan pendejo) y se pasa de gorra la fila; la madre, da rabia. Y claro, no falta el que reclama (como es que en Colombia no podemos decir nada, tenemos que ser solapados) justamente se hace la queja pública y los demás apoyando con el bochinche cual fiesta de las 5am; solo abucheo, y el señor aguacate, digo de verde, en vez de pedir disculpas, por decencia, se hace el loco, mira mal a la señora y la deja "fichada". ¡Qué bonito. Qué ejemplo!

Listo, concluía la tarde y todo "perfecto", estamos en Colombia; un señor en silla de ruedas a pasar la calle y nadie lo ayudaba, solo fisgoneaban a ver cómo pasaba la calle. Entonces fue un muchacho con pinta muy moderna y amable al querer ayudar al susodicho a desplazarse. Grande fue la sorpresa de aquel joven cuando el hombre le dice: "no, no, no, déjeme; yo puedo solo". Bueno, tal vez el adolescente le dio pena y se sonrojó, pero fue decepcionado al no cumplir su "misión"; ayudar al que lo necesita.

Eso fue un día "normal", donde me topé -infortunadamente-, con la indiferencia (como "siempre"), pero más que eso; me encontré con la intolerancia, su hermana gemela.

El meollo no es seguir con lo mismo, es ser el ejemplo. Si algo está mal y lo hace alguien reconocido se convierte en bueno, no. Simplemente lo malo está malo y punto. Obremos rectamente. No se trata de cambiar el mundo de la noche a la mañana, ni de ser el superhombre. Se trata de: SI NO SOY YO, ¿ENTONCES QUIÉN?

Marquemos la diferencia; ¡NO NACIMOS PARA SER PARTE DEL MONTÓN!