24 jun 2013

El gran colombiano

Más de un millón de votos eligieron a los finalistas del Gran Colombiano, reconocimiento que hizo History Channel (23 de junio de 2013) a la persona que, según los cibernautas, se ha destacado en nuestro país.

Obviamente, ese porcentaje no debería representar a los más de 45 millones de colombianos que somos, pues muchos –todavía- no tienen acceso a la internet. Si a mucho vivimos de un salario mínimo. Pero, debido a que es un declaración (no tan pública), porque hay miles de conciudadanos que no tienen televisión por cable y claro, este porcentaje, al igual que las encuestas políticas, reflejan al ganador en una mínima parte, aunque en una máxima, teniendo en cuenta los resultados, también son ganadores.

Los finalistas eran nadie menos que, un prócer, un científico, un nobel de literatura (el único), un humorista y un político sanguinario.

Personalmente mis favoritos eran: Gabo y el famoso Heriberto de la Calle.

Con 300 mil votos y un pico (30.3 %) ganó el nefaria, pero astuto Álvaro Uribe Vélez. Patrocinador de las AUC, hombre perverso cual ave de rapiña, además líder -innegable-, pero negativo, de esta tierra cafetera. No obstante, fue capaz, por ende lo considero inteligente, de gobernar durante 8 años en una tierra dominada por la violencia de la que él era (o es) coprotagonista, pues unido a su hermano mayor el temible Santiago Uribe Vélez, vengan la muerte de su padre y hermano a manos de las Farc. Creando un grupo subversivo que, imagino, ya sabrán cuál es. Espero que no  hayan olvidado las motosierras. De lo contrario les doy en la cara, maricas.

Es vergonzoso que este señor haya ganado y para colmo de males su principal “oponente” en las votaciones fue quien en el pasado lo desenmascara pública y abiertamente como dictador, decía siempre la verdad, sí, hablo de Jaime Garzón. Por eso lo asesinaron, por ser sincero, y como decir la verdad duele y en Colombia es sinónimo de tener la tumba encima. “Yo le cuento al país sus propias desgracias y de eso se ríe la gente”. Cómo no recordar la célebre frase que dijo César Augusto Londoño, la noche en que ya no estaba con nosotros este lustrabotas: “¡país de mierda!”.

Es paradójico, pues hasta en la red Uribe salió victorioso, es absurdo decir que Jaime perdió, mejor proclamemos que en Colombia hay cantidades de uribestias, como son conocidos los partidarios de ese fulano, oriundo de tierras antioqueñas. Clasifiquémoslo en: víctima y victimario. Culpable e inocente. Satán vs ángel. Hijueputa e hijo del pueblo. En fin, peyorativos y adjetivos sobran: vende patria y patriota se “enfrentaron” en el  país del Sagrado Corazón. Y como siempre; reinó la mentira.

Que Álvaro Uribe Vélez esté por encima de Jaime Hernando Garzón Forero, demuestra la ineptitud de los seguidores del primero. La demencia con la que actúan es evidente. Lo apátridas que son. De eso seguiremos siendo víctimas, porque, como decía Jaimito: “en este país el que no tiene untada la mano, tiene untada la nariz”. ¡Oh, gloria inmarcesible!

Obviamente estoy indignado con esta “condecoración”, más cuando el presentador dice: “Colombia eligió”, es brutal generalizar una decisión de unos pocos, por la de millones. Personalmente, el señor Uribe no me representa como colombiano.

Y como dicen en El Salvador al obispo mártir Óscar Arnulfo Romero (cura del pueblo que no ha querido canonizar la Iglesia Católica por trabajar con los pobres): “Romero, para nosotros eres santo”. Casi lo mismo podemos decir desde aquel negro 13 de agosto de 1999: Jaime Garzón, eres el Gran Colombiano. Espero que todo vuelva a la anormalidad.

Píldora para la memoria: en una conferencia en Cali, Garzón, refiriéndose a Uribe dijo: “ese señor es  peligrosísimo”, recordemos que su magnicidio actualmente es impune y que, detrás de este vil asesinato está… AUC-AUV, creo que es lo mismo.

En días pasados hice un homenaje a Jaime, en un post titulado Nos hicieron creer. Puede verlo aquí: http://xurl.es/aaq0k

20 jun 2013

Apología al delito

No sé ustedes, pero yo —literalmente— me mamé de la apología que se le hace al delito en Colombia. Tal parece que lo único que saben escribir los libretistas macondianos es lo mismo de siempre, y claro; como el morbo (interés malsano) es lo que se vende y compra, es lo único que se produce, por eso, los temas abrumadores en las pantallas chicas del país son: el narcotráfico, la corrupción y ahora, para rebosar la olla: las prepagos. ¡Nos jodimos!

Todo comenzó con Pandillas, guerra y paz, la famosa serie de los preadolescentes de barrio que empiezan consumiendo drogas, pasan a jíbaros, prueban “finura” y luego se vuelven socios de los narcos, hasta que llegan a la cima y son los jefes. ¡Qué clímax peyorativo! Recuerdo que, en el colegio los muchachos querían ser como el viejo Richard e imitaban el parlache de Mateito. Bueno, eso no fue tan malo, pues nunca habíamos visto algo similar, lo mirábamos con buenos ojos, al fin de cuentas; los del ‘combo’ se rehabilitaron y hacían el bien.

Luego llegaron series de peso pesado: Sin tetas no hay paraíso, o sea; si la niña sacó los pechos del papá peligra en ganarse el título de: la más fea del barrio. Cómo le vamos a enseñar a una niña que si no tiene senos grandes o notables no podrá triunfar, ni ser exitosa, ni mucho menos atractiva. Que para salir y triunfar en Colombia hay que trabajar con la mata que mata, jugársela cruzando la frontera de ilegal, volverse mula y ‘encanarse’ por unos millones de pesos que, siendo sinceros nunca se gozarán.

Nos venden El cartel de los sapos, representando a los narcos del Norte del Valle y sus secuaces, mostrando que manda el que más daño hace o sea más ‘pichurria’. Por supuesto el elenco actoral es de los mejores del país, no lo dudo, el rating lo punteaban Manolo Cardona y el fantástico Robinson Díaz, no los culpo a ellos por sus facetas actorales, no. Es su trabajo.

Es que, un país como Colombia, acechado por la violencia, el terrorismo y la pobreza y que, en los dos únicos canales nacionales se muestren y presenten series relacionados en “combatir” estos temas, es triste, vergonzoso, bochornoso. Los escritores y libretistas dicen: “no hacemos apología al delito, queremos que nuestros niños no caigan en lo mismo, por eso lo mostramos”. Que todo es enseñanza para que los jóvenes y adolescentes no sean víctimas de lo mismo y acaben con sus vidas tomando una mala decisión. En fin, el viene y va de la excusa para seguir con más de lo mismo.

Es como el papá que llega borracho a casa y le pega a su mujer y al otro día le dice a su pequeño que no vaya a ser como él. ¡Qué insólito! ¡Qué ilógico! No existe moral alguna para pedir algo del cual no se tiene el mínimo ejemplo. ¿Qué sigue? ¿Una serie donde se represente a Garavito para que los niños se puedan cuidar o estar prevenidos ante un desquiciado abusador? Porque, aunque el tema es diferente, su conclusión es la misma; personas viles que hacen muchísimo daño y reciben recompensa televisiva. ¡No me crean tan pendejo!

La serie de Escobar, el patrón del mal, con una gran producción (pues la vi), supuse que los más perjudicados con esto serían los hijos y familiares de las víctimas, ellos (como el caso de Juan Manuel Galán y sus hermanos, o los herederos de El Espectador) estaban de acuerdo con la serie, por eso no rehusé vérmela, no obstante, hubo personas inconformes que rechazaron la presentación del ángel-demoniaco de Pablo Emilio Escobar Gaviria. Y claro, tienen toda la razón. Debemos ponernos en los zapatos de los perjudicados.

Ahora, con Los 3 Caínes, serie que no vi ni un solo minuto, pude leer en la prensa el inconformismo de las víctimas de los recalcitrantes paramilitares, por eso en Facebook publiqué: Con la serie (paraconovela) de Rcn, Los 3 Caínes, solo demuestra que ese canal solo compra apología al delito. Imposible que un colombiano no sepa quiénes eran los temibles hermanos Castaño, narcoparamilitares que hicieron muchísimo daño al país, aliados de Álvaro Uribe Vélez. Por qué no hacen una novela a Camilo Torres Restrepo, Jaime Garzón, Gabriel García Márquez, Rodolfo Llinás, Manuel Elkin Patarroyo. Mentes brillantes que sí tenemos y muestran solo vándalos. Por favor no deje que su hijo o familiar vea la serie, edúquelo mejor en la lectura o a ver canales que sí enseñan cosas valiosas.

Y, para el colmo de males, de nosotros los indignados nos traen a La prepago. Definitivamente al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas. Pero, como la gente del común es feliz viendo esto, pienso que, es proporcionalmente culpable tanto el escritor, productor y ente (canal) transmisor como el colombiano que lo ve, porque, eso sí; llega a todos los estratos sociales, no es clasista la serie, al contrario; debería serlo el televidente con lo que decide ver y aprender.

Usted va a un colegio o un barrio periférico y los niños en su inocencia proclaman: quiero ser com Pablo Escobar, ese man era un duro, un teso, por qué lo mataron (y parafrasean: “le mato al papá, a la mamá… y a la abuelita, y si está muerta la desentierro…”.) Y las niñas dicen: así quiero un marido, que me dé todo lo que no tengo y me mantenga como lo que soy: una reina. Infortunadamente esto es lo que están aprendiendo nuestros infantes.

Todas las series, reales o ficticias muestran los ‘triunfos’ de los narcotraficantes, las escalonadas que hacen y donde terminan, pero eso es algo que los niños no captan, lo único que los marca es el dinero que pueden llegar a poseer, las enormes casas, los lujosos autos y las mujeres que solo obtienen siguiendo los pasos de Pedro León Jaramillo, de ‘Fresita’, el ‘Cabo’, el mismísimo ‘Patrón’. Algunas niñas ‘aman’ a Rosario Tijeras, las 3 Milagros y terminan siendo unas Muñecas de la mafia. ¡Qué dosis letal le estamos aplicando a nuestro futuro!

El ejemplo empieza por casa, no dejemos que esto siga ocurriendo y se nos salga de las manos.

Recomiendo: si no puede leerse un libro por pereza, vea Nat Geo, Animal Planet, Discovery Channel, History Channel, y si no tiene televisión por cable, salga a jugar, a trotar, a ayudar a alguien, pero POR FAVOR no vea más Rcn y Caracol, lo enceguecen, y adormecen hasta que lo vuelven inútil y si sigue viéndolos, después no se queje de los hijos que deja a la sociedad. 

Una Colombia mejor sí es posible, pero sintonizando estos canales en horario familiar es empobrecer el intelecto humano.

19 jun 2013

Encuesta a los niños

Sin duda alguna los infantes son nuestra mayor felicidad, paradójicamente son los más vulnerados, despreciados e ignorados por la sociedad que dice amarlos. Son dejados a un lado, pues —infortunadamente— se les engaña con un dulce, como se parafrasea en ocasiones.

La educación escolar en Colombia está como las quebradas de las fincas; dan por los tobillos. Es paupérrima. Culpa de esto es el gobierno, pero también de los padres de familia, más aún; de los maestros que, en una gran parte solo quieren es un sueldo para poder subsistir en el país más feliz del mundo (más conformista diría yo).

Un maestro debe ser un intelectual. Una mente brillante. El filósofo y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson, dice: “el educador es aquel hombre o mujer que puede hacer que las cosas sean fáciles o difíciles”. ¡Qué gran verdad! De los cimientos es donde se prueba el edificio, es la base angular la que determina la perfección o las conjeturas de la construcción.

Irónicamente, los peores Icfes en Colombia son los que están enseñando a leer y  escribir, a sumar y restar. No pedimos intelectuales o mentes brillantes como en Finlandia (los mejores bachilleres estudian —en la universidad— para ser maestros). Tampoco un polímata, pero sí alguien que sobresalga en lo que hace y enseña. “No dejaría en manos de mis peores compañeros de clase, la educación de mis hijos”: Guillermo Perry. ¡Claro, ni por el chiras lo haría!

Por eso, en un futuro cercano se ven reflejadas las enseñanzas del profesor: jóvenes perezosos, flojos, no les gusta leer, hacer tareas: la ley del mínimo esfuerzo, y para el colmo; copian tareas así estén mal. Pero, no todo está perdido, la luz brilla, no al final del túnel, a mitad de él, me atrevo a decir, hay maestros buenos. Sí, para la muestra a continuación transcribo tal cual las apreciaciones de un grupo de niños que dan el significado de lo que saben y han aprendido (palabras del común, más usadas o escuchadas por los menores).

Matemáticas: asignatura de sumas, restas, multiplicación, división y fraccionarios (Daniel Stiven Trujillo, 10 años)

Colombia: país de alta economía y alta pobreza (Daniel Stiven Trujillo, 10 años)

Virgen: una persona que no ha tenido relaciones sexuales (Santiago Hernández Ortiz, 10 años)

Campesino: es el que cosecha los alimentos y los manda a la compra (Tatiana Milena Tovar, 10 años)

Paz: cuando terminamos la guerra (Diego Alejandro Cárdenas, 10 años)

Matemáticas: peor materia del mundo (Diego Alejandro Cárdenas, 10 años)

Arma: objeto utilizado para matar (María Camila Morcillo, 10 años)

Colegio: edificio o construcción de buenas enseñanzas (María Camila Morcillo, 10 años)

Ladrón: el que roba cosas y asesina, con un sueño que nunca cumplió en hacerlo realidad (María Camila Morcillo, 10 años)

Cielo: lo que está arriba con Dios (Daniela González, 9 años)

Político: no cumple lo que dice (Daniela González, 9 años)

Guerra: es algo que no queremos que exista más (Angie Katherine Castro, 10 años)

Arma: es aquello que mata los sueños y la vida de las personas (Angie Katherine Castro, 10 años)

Niños: dan alegría al mundo, Dios los tiene el en grupo de sus preferidos (Angie Katherine Castro, 10 años)

Aguardiente: es un licor que le hace un mal a las personas (Kevin Mauricio Ramos, 12 años)

Doctor: que ayuda a la gente. Sana a la gente enferma (Yeissón Andrés Rudas, 7 años)

Amigo: el que acompaña en las buenas y en las malas (Kevin Duván Narváez, 10 años)

Infierno: donde hay una llama de fuego que nunca se acaba (Juan Sebastián Agudelo, 11 años)

Mamá: para que me compre cosas de princesa (Juana Valentina Soto, 7 años)

Jesús: es nuestro salvador, hijo de Dios (Sonia Michel Cuervo, 9 años)

Mujeriego: persona que tiene muchas mujeres (Andrés Felipe Meneses, 12 años)

Pobre: con pocos recursos para su vivir (Andrés Felipe Meneses, 12 años)

Trabajo: acción para poder ganar dinero (Andrés Felipe Meneses, 12 años)

Profesor: persona que nos deja algún aprendizaje o enseñanza sobre un tema (Sergio Muñoz, 13 años)

Dios: fue el que creó el mundo y nos creó a todos y todo lo que está a nuestro alrededor (Astrid Carolina Cuéllar, 10 años)

Papá: es un ser que está unido con madre para cuidar su cría (Juan Manuel Rivera, 8 años)

Violencia: es cuando uno está peleando con un niño (Juan Manuel Rivera, 8 años)

Animales: son seres que viven en selva o son caseros (Juan Manuel Rivera, 8 años)

Militar: es algo un poco más importante que el policía (Santiago Ortiz, 11 años)

Universidad: lugar donde se refuerzan los conocimientos de la escuela (Santiago Ortiz, 11 años)

Mentir: decir cosas que no son verdaderas (Juan Manuel Yepes, 9 años)

La encuesta fue realizada a 34 niños entre 7 y 13 años de edad. De 4 colegios públicos y 2 privados. Omití muchas, pues haría extenso este post (eran más de 400 definiciones). Queda claro que las matemáticas aprenden números y que es un “dolor de cabeza”, que el diablo es malo, que un profesor enseña (y también aprende de los niños).

Mis preferidas:

Político: es el más corrupto del mundo (Keduin Granados Ruíz, 10 años)
Diablo: persona malvada que “supuestamente” se encuentra en el “infierno” (Sergio Muñoz, 13 años)
Profesor: para aprender de los niños (Luis Fernando Fonseca, 7 años)
Fiesta: es una diversión, pero no nos da enseñanza (Lauren Natalia Guevara, 12 años)


En conclusión, según los niños: la guerra, los políticos y el aguardiente hacen daño. ¿Ya están cansados? ¡Creo que sí!