19 dic 2012

El buey y el asno

Dado a la polémica que generó NO el libro del teólogo Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI), sino los medios de comunicación que nos «informan» sobre lo que pasa en el mundo, decidí escribir este post sobre el buey y el asno.

El pasado mes de noviembre el Papa Benedicto XVI lanzó su nuevo libro en una trilogía que escribió sobre Jesús, el cual empezó desde que era cardenal, titulado: La infancia de Jesús. Desde ese mismo instante (del lanzamiento) los medios internacionales estaban a la expectativa del qué iba a decir el teólogo Joseph Ratzinger en el cual se pudiera polemizar o escandalizar cualquier verdad de fe (dogma católico).

Y claro, como son los medios nos «informaron» que el Papa había sacado al buey y el asno del pesebre, basándose en unas líneas que había escrito: "En el Evangelio no se habla en este caso de animales" (p. 76), y ¡boom! los medios tergiversaron el mensaje del teólogo Ratzinger. El Papa no dijo nada que no estuviera en la Biblia, se basó en ellas (las Escrituras), principalmente en los evangelios que hablan del nacimiento del Señor (Lc. 2, 4-14 y Mt. 1, 18-25). En estos dos textos no se habla de ningún animal, por eso el Papa escribió el texto «polémico».

Recordemos que, como lo hablé en mi post anterior ¡Navidad! ( http://xurl.es/1mj8c ) el pesebre se inició en 1223 en Greccio, con san Francisco de Asís, inspirado según Tomás de Celano en su viaje a Tierra Santa y en Santa María la Mayor. En este caso, Francisco y otros frailes celebraron la Eucaristía, tomando el lugar del niño Jesús (su puesto) como «altar donde se ofrecería el verdadero pan bajado del cielo» (La infancia de Jesús, p. 75). «En esta misa, Francisco participó como diácono en donde proclamó el evangelio cantado e hizo la homilía, pero no predicó con una exposición doctrinal, sino con una representación del nacimiento» dice Leonard Lehmann.

Retomemos, El País de España, uno de los medios de comunicación más leídos en el mundo publicó una columna donde dice: “el Papa afirma que no había ni mula ni buey en el portal de Belén” ( http://xurl.es/gfu39 ) y en Colombia, El Espectador: “la mula y el buey no van en el pesebre” ( http://xurl.es/byrj7 ). Pero, lo que ignoran es que san Francisco, haciendo énfasis en el trasfondo de la hermenéutica bíblica, utilizó el libro de Isaías (1, 3) para «acomodar» en el nacimiento al buey y el asno: «el buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño». Il poverello de Asís hace -humildemente-, la interpretación del profeta y coloca a estos dos animales, que representan la humanidad compuesta por judíos y gentiles (traduciendo -coloquialmente-, católicos y no católicos; creyentes en Cristo). Al fin y al cabo la salvación es para todos, aun para los que no creen en Dios.

El Papa llama (al pesebre) como un lugar indigno (p. 74) por ser un lugar poco acogedor, pero él (Papa), en su sapientia summa recalca: “ninguna representación del nacimiento (pesebre) renunciará al buey y al asno” (p. 77). Nunca dijo que había que sacarlos todo fue un malentendido (con intención*) de los medios de comunicación -quizás-, por hacer quedar mal al Papa. Juzguen ustedes.

En conclusión: el buey y el asno se quedan en el pesebre.

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