Las siguientes líneas
son para refrescar la memoria de aquellos católicos que creen tener el poder y el derecho de
discriminar a sus semejantes por posturas diferentes a las de la Iglesia
católica que, al fin de cuentas no es ella sino los mandatarios curuchupas que
la hacen quedar mal, muy mal.
Primero, y sé que aquí
me van a cuestionar mis hermanos católicos, ¿cómo es posible que un Papa ande
con severo anillo de oro y que un pobre hombre tenga que besarlo? ¿Luego Jesús
no lavó los pies de sus discípulos (Jn. 13, 5)? Imagínense un habitante de
Somalia o Haití haciendo eso, sería una tremenda humillación, porque el Papa es
el representante de Cristo (Mt. 16, 18) y porque el último es el preferido del
Señor (Lc. 4, 18-19). Que no pase lo que dice en la Carta de Santiago (2, 1-11).
Y no es que cuestione
al Papa como figura eclesial, claro que no, pero sí su riqueza, su figura
política. No nos digamos mentiras, el Vaticano es la Nación más pequeña y más
rica del mundo. Su fortuna no se sabe, pero son unos varios de miles de
millones de dólares. Pilas; «el más grande debe servir a los demás» y no al
contrario (Mt. 23, 11).
Bueno, y ¿por qué no
hacen lo que dice en Mt. 19, 21: «vende todo lo que tienes y acumula bienes en
el cielo». ¿Cuál es el temor (de los mandatarios de la Iglesia) de ser pobres?
El Señor dice: «dichosos los que escuchan a Dios y lo obedecen» (Lc. 11, 28).
Jesucristo dijo claro a
sus discípulos que llevaran nada más que sandalias, ni siquiera ropa de
repuesto (Mc. 6, 8ss). ¿Nada más? Claro, no hay que leer todo al pie de la
letra y ser fundamentalistas, pero resulta que es un mandato divino y si no le
obedecemos a Dios… ¿entonces qué?
Lo que tengo es para
ponerlo al servicio del otro. Lo que Dios me ha dado debo compartirlo, no
guardarlo para mí. (Cf. Mt. 25, 14-30). Claro está, estos textos aplican para cristianos
de verdad. No olviden el evangelio de Mateo: «no se puede servir a dos amos»
(6, 24).
Segundo, no veo por qué
hay que discriminar a la comunidad LGTBI, ellos son personas comunes y
corrientes, no son ningunos enfermos ni pecadores, como mal se les ha tildado
desde la alta jerarquía de la Iglesia. Al igual que nosotros merecen respeto y
amor. Jesús dijo que debíamos amar a Dios y al prójimo (Lc. 10, 27ss). Ya lo
dice la canción: «amémonos de corazón, no de labios ni de oídos». Hay que
acogerlos no discriminarlos, ¡ah! Y haciéndolo de verdad, no porque nos «toca».
Tercero, debemos
aceptar a la mujer en el sacerdocio, ella fue sacada del costado (Gn. 2, 21, o
sea de un lado) del hombre, no del pie, ni de la cabeza, para que no fuera
inferior ni superior, sino igual al
hombre. Ángel García Rodríguez, un sacerdote católico, fundador de una ONG
(Mensajeros de la Paz), dice: «no hay ni una sola razón para dejar fuera del
sacerdocio a la mujer». Y no solo él, hay unos tantos más, solo que si un
sacerdote dice esto a la luz pública será marginado por sus hermanos sacerdotes
y hasta parte de la sociedad lo tildará de sacrílego, hereje, etcétera.
Por
ejemplo, al padre Roy lo excomulgaron recientemente por apoyar esta idea de igualdad. (Lea aquí la noticia http://xurl.es/v6v1s ).
Cuarto, el celibato,
¡ay! de este bendito sí que se ha hablado y no me extiendo, solo cito a Juan
Pablo II: «el celibato no es esencial para el sacerdocio». No es «una ley
promulgada por Cristo». (Aquí hay más sobre el celibato http://xurl.es/vvetz
). Bien lo dice José María Díez Alegría (teólogo): «El celibato en la Iglesia Católica,
tal como está, es una fábrica de locos». Si la Iglesia sigue a Cristo como
modelo célibe, ¿por qué no sigue a Cristo como pobre?
- Entonces, mi postura es que el Vaticano renuncie a sus riquezas, no para que dejen o dejemos de criticarlo, sino porque es mandato divino, que vivan como Jesús de Nazaret, no como monarcas.
- Mi postura es que se acepte a la comunidad LGTBI, que no haya discriminación alguna.
- Mi postura es que la mujer pueda ser sacerdotisa, por el «simple» hecho de ser igual al hombre.
- Mi postura es que el celibato sea opcional, porque Jesucristo no lo instituyó y porque la Iglesia así como lo «impuso» lo puede quitar. No es un dogma. Pío XI dijo: «el sexo puede ser bueno y santo».
Concluyo citando al
gran obispo Pedro Casaldáliga: «no callen, tengan sentido común, justicia y humana fraternidad». Porque sé que muchos
me criticarán, aun sin argumentos válidos, pero lean bien, utilizo citas
bíblicas.
Y ¿cuál es su
postura?...
PD: hay temas más
sensibles como el aborto, el matrimonio gay, la fecundación in vitro, que la
Iglesia rechaza rotundamente, pero que parte de la sociedad avala. Después
hablaré de ellos. Y hasta del «voto católico».
No hay comentarios:
Publicar un comentario