En este cuento de la
política —muchas veces— todo se vuelve una mezcolanza (¡un mierdero!). Nos
confundimos (o confunden) pues no sabemos para dónde coger o si es mejor
quedarnos quietos. En Colombia, por ejemplo, el capitalismo y el nefasto
neoliberalismo nos tienen vueltos en una estercolada. Y el berraco problema es
que lo seguimos permitiendo. Las castas políticas están dirigidas por las similares
y bellacas —pero astutas y corruptas— familias de siempre. Aquí lo único que se
cambia es de marioneta, pues los titiriteros son los mismos.
Solo aquí un malnacido
puede ser presidente por dos períodos siendo un narcoparamilitar. ¡Lloramos
como la Magdalena, padecemos como el Sagrado Corazón, pero siempre encendemos
velas a Uribe; el gran cabrón!
Volviendo a la
desdicha, pero cambiando de muñecos; ahora que por fin la izquierda en este
país puede asumir las riendas; esta no quiere. Claramente la derecha está
totalmente dividida, en el campo político son vulnerables, no está fácil
derrotarla, pero sí se les puede ganar en los comicios presidenciales. La
izquierda, paradójicamente está como el agua y aceite; ni junta ni compatible. Cada
uno jala para su lado. Es el momento de dar el boom en Colombia, pero no parece
ser así. Podemos dar el zarpazo, pero somos como un rompecabezas que nadie se
atreve a armar.
Las cuentas son claras:
quienes tienen más opción —en la oposición al gobierno— es el Polo; con Clara
López, pero internamente están divididos. Buena gestión han hecho Robledo, Cepeda,
Navas Talero para restablecer el prestigio de un Polo golpeado por el
desdichado Samuel Moreno. Pero aquí nos hemos cegado.
Entonces, el Polo está
sí o sí con Clara. Otra parte del mismo partido está con Aída Abella. Otros
dizque con Camilo Romero (precandidato presidencial por la Alianza Verde). El
neopartido Marcha Patriótica jala para aquí y para allá. La renacida Unión Patriótica
haciendo parte de la misma, pero seamos realistas; con pocas posibilidades de
ganar. Los progresistas divididos por el infiltrado de Peñalosa (un uribista apaciguado
y solapado). El Partido Comunista, resentido con el Polo (más con el Moir) está
con Aída.
Esta es la silla que
faltaba para ensillar (arreglar) al caballo (Colombia), pero seguimos montando
a pelo, más irónico aún; ¡no queremos galopar! La izquierda no quiere arrancar,
porque hay varios que quieren ser los jinetes, pero jalando la rienda de aquí
pa’ allá, de allá pa’ acá, del caballo nos van a bajar.
Y en todo este
rifirrafe: nos vuelven a derrotar. Los oligarcas gozando, los senadores
disfrutando. Y el pueblo pobre: abstencionistas y votantes miran al país
sufriendo, ellos comiendo manjares y muchos sufriendo; con pesares.
No entendemos que
debemos hacer lo que enseñó el cura rojo Camilo Torres Restrepo: “Debemos insistir
en todo lo que nos une y prescindir de lo que nos separa”. A veces, pareciera
que estamos luchando es por el poder, mas no por las ganas de ayudar al menos
favorecido, al oprimido y desahuciado, al pobre, al desempleado, al campesino y
al ciudadano. Pero, infortunadamente: ¡la izquierda dividida; ya está vencida!
Compañeras y compañeros
de izquierda: “La lucha es larga, comencemos ya”: Camilo Torres.
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