Doctora Clara, yo creo
en su política, en su profesionalidad, en su carácter de mujer firme y
valiente, conocedora de los problemas del país y de querer cambiar esta
realidad que día a día nos atemoriza y nos lanza al abismo sepulcral. Respeto
su decisión de votar por la paz. Recuerde que usted como candidata a la
Presidencia dijo que la paz debe ser una política de Estado y no una promesa
electoral en la cual se escudan los políticos para ganar adeptos.
No sé cuál sea su
propósito y no la juzgo, pero hacerle campaña, sí, eso está haciendo al
Presidente Santos, va contra los principios del Polo Democrático, va contra lo
que usted ha promovido en su vida política. Ya cayó en esa ambigüedad. Y creo
que no es justo para los que confiamos en usted. Una cosa es apoyar con el
voto, otra muy distinta es hacer campaña a un oligarca neoliberal que entrega
el país a las multinacionales, que tiene en la quiebra al campo, que hace de la
educación un negocio y no un derecho y tantas otras cosas que usted sabe. Así
no podemos.
Mientras sectores de
derecha y de ‘izquierda’ han criticado al senador Robledo por ejercer su
ejercicio democrático de votar en blanco, muchos (que curiosamente llaman
sectario al susodicho) le hacen matoneo virtual, en medios de comunicación y en
persona. Así no es, doctora Clara López. Usted pudo tener su esguince político,
sin embargo confío en su talante, pero así no se puede.
¿De cuándo acá votar en
blanco es estar de acuerdo con X o Y candidato? Eso jamás lo había escuchado.
Esta locura solo ocurre en Colombia. Decir que Robledo se alió con Uribe para
poder hacerle oposición es lo más ridículo que alguien puede expresar en pre de
los comicios más importantes del país. Afirmar que Robledo solo se preocupa por
él es ilógico y no va con los ideales que tanto lo han identificado y que,
además, ha defendido a favor del pueblo menos favorecido, del pequeño productor
y de los que no tienen voz, para que no sean vulnerados sus derechos.
Uno puede apoyar las
negociaciones de La Habana, pero no así, doctora Clara López. Es cierto que ya
nos cansamos de tanta violencia y que esta guerra tiene que acabar. Pero queda
el Eln, las Bacrim, la delincuencia común, las Águilas negras. No, esto aquí no
termina, la paz la hace el pueblo y los indignados por las ‘proezas’ que han
hecho los mandatarios que solo les interesa el bien de ellos y unas pocas
familias ricas, dueñas de la Nación.
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