22 feb 2015

Bueno, ¿y qué debe hacer un profesor?

La criticidad, sabiduría, propuestas y aportes a la educación que Paulo Freire usufructuó en la mundialmente conocida Pedagogía de la esperanza/de la liberación, han inspirado a maestras y maestros para no quedarse en el simple ‘dictar clases’, sino a lo que él bien postuló con una frase épica y motivadora: “La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.  Y que esta, a su vez, debe reflejarse en la praxis, la reflexión y la acción del hombre mismo.

Sin embargo, aquí viene el meollo de la situación, pues, en palabras de Frei Betto (pedagogo y teólogo brasilero), nos dice: “La educación crítica es nuestro gran desafío en este mundo hegemonizado por el capitalismo neoliberal. Su principio es no formar meros profesionales calificados, sino ciudadanos y ciudadanas que sean protagonistas de transformaciones sociales”.

Por eso trato de resolver mis inquietudes: ¿y qué debe hacer un profesor? ¿Cuál es, en realidad, su misión? Pues, estoy seguro que: La misión de un profesor, más que educar, enseñar, orientar, guiar, compartir conocimientos o dirigir actividades lúdicas, académicas o pedagógicas, es lograr que los estudiantes transformen su mentalidad y las conviertan en ideologías que en el trasfondo aporten a vivir de una manera digna, justa e igualitaria. Incluyendo los factores sociales y económicos que dominan y sublevan a la sociedad en general. Además, ha de respetar la libertad y decisión de las y los educandos, no podemos creernos –todavía- los dueños del conocimiento.

De igual manera, es fundamental avanzar en una dualidad (maestros-estudiantes) que nos comprometa como equipo íntegro y diverso, aunque también se abonan las madres y padres de familia y las instituciones o administraciones que participen directa o indirectamente en la educación escolar.  O sea: sin sesgar la realidad cercana, sino que mirando y yendo más allá, lograremos alcanzar la verdadera innovación que tanto hemos buscado, para obtener la anhelada metamorfosis que por fin dé un giro rotundo a nuestras vidas. Porque, este cambio nunca lo harán ni los políticos, ni los religiosos, ni los militares, ellos, cada uno, ya sabemos, solo les interesa lucrarse y continuar su dominación y subyugación hacia las y los demás.

Así que, el profesor o la profesora que espera solo preparar clases y llevarlas a sus estudiantes para luego dar una nota, es mejor, sin el ánimo de juzgar, que busque otra profesión. Entonces, como bien lo enseñó Mahatma Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Me queda más latente que nunca una consigna del ‘Che’ Guevara: “Un pueblo sin educación es fácil de engañar”. Si no somos las y los profesores, empezando desde la escuela, nadie en este mundo preparará las mentes para cambiar esta insólita realidad.

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