La historia no miente,
queridos lectores, nosotros sí. No sé a ustedes, pero a mí me causa indignación
que al gran Jorge Eliécer Gaitán lo echemos al olvido en el homenaje simbólico
que se le hiciera mediante el billete de menor denominación en la moneda
colombiana: el de mil. Aunque, por infortunio, el mismo cesará su impresión.
También, a nuestro prócer, el general Santander, de igual forma, se le acabará
su homenaje. Y, por si fuera poco, nuestra heroína, Policarpa Salavarrieta,
tuvo el mismo desdén. Eso no es todo: al profesor Julio Garavito (¿quién es ese
man?) el que estaba en el billete de veinte mil, contó con la misma suerte: ‘lo
abrieron del parche’. Dídima fortuna tuvo Jorge Isaacs, ‘el morado’, sí: el del
billete que todos los colombianos querían. El de cincuenta.
Todo lo anterior es una
contextualización de lo que abajo diré, pues: ¡quién soy yo para criticar las
aprobaciones que hacen nuestros honorables senadores al promulgar las leyes que
rinden estos homenajes! No crean que lo olvidé: José Asunción Silva
(desconocido para muchos, sí: el tipo del de cinco mil) fue el único
sobreviviente. Seguramente sus poemas a más de un senador cautivó (a propósito:
será que esos senadores sí leerán).
Para no ser más
quejumbroso, en las nuevas imprentas del Banco de la República, tendremos a dos
expresidentes: Lleras Restrepo (cien mil) y López Michelsen (veinte mil); dos
mujeres: la antropóloga Virginia Gutiérrez (diez mil) y la pintora Débora
Arango (dos mil). Y al que muchos admiramos: Gabriel García Márquez, nuestro
famoso Gabo (en la denominación del billete de cincuenta mil). Ojo: este
billete no es apto para capitalistas y/o neoliberales.
Concluyo, pues, mirando
nuestra absurda realidad: mucha gente se está preocupando por cambiar un
billete de cien mil pesos ($100.000) que hoy sale a circular en Colombia. Sin
embargo, ante esto, a mí me preocupan -seriamente- tres cosas: 1) la
devaluación de la moneda nacional ante la extranjera, 2) la inflación que
deshumaniza cada vez más 18 millones de pobres que habitan este país y, 3) el
homenaje a Carlos Lleras Restrepo, el cual catapulta la imagen supuestamente
favorable (dirán los medios de comunicación) de Germán Vargas Lleras hacia la
presidencia de la república (un tipo que entrega a diestra y siniestra favores
políticos y reparte burocracia con el fin último de obtener poder).
Ahora:
¿les sigue preocupando cómo cambiar un billete de cien mil pesos?
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