17 feb 2013

¡Lo que te faltó, Benedicto XVI!

Cuando te eligieron Papa, el 19 de abril de 2005, muchos, católicos y no católicos, teníamos la esperanza de que fueras un Pontífice nuevo, dejando así el conservadurismo inquisidor de la Iglesia, pensamos que, como eras un cardenal 'progresista', existía la luz al final del túnel para nuestra amada Iglesia dolida y pecadora. Hasta Hans Küng pensó que tú revolucionarías a la Santa Iglesia ( http://xurl.es/b0nlq ). 

Olvidamos que como Prefecto para la Doctrina de la Fe (antes llamado Tribunal de la Santa Inquisición. Da escalofríos escuchar esa palabra inquisición), callaste y vetaste a Leonardo Boff (Ver el Silencio al teólogo brasilero http://xurl.es/h3spe ) y al sacerdote español Jon Sobrino (Ver la sanción -injusta- al jesuita http://xurl.es/7to09 ), teólogos de la liberación, los cuales, su único propósito no era más que la bien llamada 'Opción por los Pobres'; los silenciaste, Ratzinger, porque hablaban y escribían (todavía lo hacen) teología verdadera; pura. Hablaban de la teología de Jesús; la del oprimido. (Leer a Marc Vandepitte http://xurl.es/7ejo7 Golpe de gracia a la iglesia popular de América Latina)

Bueno, en todo caso, grandes teólogos hacían sus 'apuestas' y creían que tú ibas a establecer el celibato opcional, que darías campo verdadero a la mujer en la Iglesia; que pondrías en manos de la justicia a los sacerdotes pederastas que hirieron la Iglesia y que mataron -de hecho- a cientos de niños; pero no, ahí sí te callaste. En lo realmente importante te hiciste el loco. Tú que hablabas de ayudar al prójimo, que, hasta en tu cuenta en Twitter hablabas bonito. El 16 de enero trinaste: «Si amamos a nuestro prójimo, descubriremos el rostro de Cristo en el pobre, en el débil, en el enfermo y en el que sufre». Eres muy inteligente, no lo dudo. Tus Audiencias eran tan magistrales y tan populares, llegaban al pobre y al doctor. ¡Claro, una eminencia en teología! pero todo se quedó en palabras y pasarás a la historia como el segundo Papa que dimitió por 'voluntad propia', como el #265. Otro inquisidor, bien lo dice el teólogo español Juan José Tamayo (Ver http://xurl.es/mgylp ).

Te faltó tener compasión de verdad con el pobre (Los Apóstoles lo dejaron todo http://xurl.es/2jwpk, tú eras el 'Príncipe de los Apóstoles').
Te faltó hacer más labor social por los niños, los preferidosde Cristo (Mt. 19, 14).
Te faltó ver en el enfermo a Cristo, como decías en tu cuenta en Twitter.

Te faltó renunciar a las riquezas y vivir en un albergue sencillo, a ejemplo del Maestro.
Te faltó poner en práctica tu inteligencia, las palabras sabías que decías e impregnabas en los fieles.
Te faltó coraje para afrontar los problemas y pecados de la Iglesia. 

Pero, sobre todo, te faltó seguir a Jesús, el Nazareno, al mismo que homenajeaste con una trilogía de libros, te faltó; ser como él. 

Anexo unas sabías palabras del obispo Helder Cámara:

«Santo Padre, abandone su título de rey, y vamos reconstruir la Iglesia como nuestro Maestro, siendo pobre. Deje los palacios del Vaticano, vaya a vivir en una casa en la periferia de Roma. Hasta puede tener una plaza para saludar y bendecir a las ovejas. Después, Santo Padre, invite a todos los obispos a largar todo lo que indica poder, majestad: báculos, solideos, mitras, fajas pectorales, batas rojas. Vamos a amontonar todo en la Plaza de San Pedro y hacer una gran fogata, diciendo de pecho abierto para el pueblo: “Vean, no somos más príncipes medievales. No vivimos más en palacios. Todos somos pastores, somos pobres, somos hermanos».

Ah, a los que me critican les digo: prefiero criticar a un Papa, que traicionar, engañar y vender a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario