Según la RAE, la palabra atrevido hace referencia a determinarse a algún hecho o dicho arriesgado. Pues bien, ahora me voy a atrever a hablar de atrevimientos. ¡Qué atrevido soy!
Esta sociedad sin duda
alguna, está escasa de gente intelectual, ufff, de eso nos llevan años luz los
extraterrestres, que, son tan inteligentes que no se atreven a venir a
conquistar este planeta tierra lleno de ignorancia, insolidaridad e
insignificancia. Entonces, viene bien decir que, estamos faltos no solo de lo
antes dicho, sino también de atrevidos.
Por ejemplo, debemos
ser atrevidos y luchar por el otro, el que nos necesita, el oprimido, el
solitario, el rechazado, el que nadie quiere, el pobre, el vagabundo (mal
llamado), mejor digámosle persona de calle, el huérfano, la viuda, el
desconsolado, el triste, el odiado, el abandonado. Tantas personas que hay para
ayudar; ¡y no nos atrevemos!
Atrevámonos a querer a
los niños, los frágiles y humillados por sus padres, hermanos y gente del común
que, en ciertas ocasiones los ven solo como un objeto que hay querer, pero no
como una persona que hay que educar. ¡Atrevámonos a amarlos y verlos como un
eje fundamental en nuestras vidas, más aún; de la sociedad!
Por qué no atrevernos a
querer cada día a nuestros familiares, a los pocos amigos, a los vecinos, a
esos que nunca vemos, a apreciar su cercanía o energía desde lejos.
¡Atrevámonos a decirles que son parte de nosotros!
Atrevernos a querer un
mundo mejor, pero, sobre todo a vivir atrevidamente como atrevidos que quieren
atreverse a ser mejores. No solo con atrevimientos de palabras bonitas, sino
con atrevimientos de gestos creíbles.
Atrevámonos a decirle a
la chica que nos tiene locos que estamos atrevidamente locos por ella, a la
mujer que queremos; que la queremos. Nada se pierde en el atrevimiento de
decirle a una persona que es indispensable para nosotros, pero que si nos
rechaza debemos atrevernos a vivir.
Atrevernos a perdonar
al que nos ha ofendido. Las amistades se han perdido por banos atrevimientos, y
no se recuperan por no reconocer un atrevido error. ¡Atrévase a ser pequeño;
para que el otro –atrevidamente-, lo mire como un gran atrevido que conquistó
la cima con humildad.
Atrevámonos,
principalmente, a hacer justicia y luchar por nuestros derechos, y, atrevámonos
a no quitárselos a los demás.
No es más que un corto
atrevimiento el que me atrevo a escribir, porque si no me atrevo a escribir
atrevidamente, atrevidamente no podré tan si quiera vivir.
¡Arriésgate a ser
atrevido!
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