21 sept 2012

¡La Iglesia necesita aire; necesita respirar!


A propósito de los escándalos de la Iglesia católica, sobre sacerdotes y obispos involucrados en casos de pederastia, efebofilia, homosexualismo y el más conocido, aunque no es menos importante (por lo del juramento del voto del celibato-castidad); curas con mujer, y, aunque este último parece el más "normal", es, a su vez, el más polémico por las reacciones de la gente.

La pregunta del millón es: ¿por qué no se les permite casar? Ellos también son humanos... ¡Si los médicos también se mueren... a los curas también les dan "ganas"... ¡Sienten placer!

El meollo surgió en el concilio (reunión de obispos y sacerdotes) de Elvira, por allá en el s. IV y se reafirmó ("obligatorio") en el s. XII, con el Concilio Lateranense (II de Letrán, año 1139). El gran "dolor de cabeza" para los seminaristas. El asunto de este Concilio, entre otros, fue el de condenar (excomulgar) a aquellos sacerdotes, diáconos, subdiáconos, monjas y monjes en estado marital o de concubinato, con el fin de combatir el nepotismo y la corrupción eclesiástica. (Palabras coloquiales: por negocio).

El caso de estas líneas, y yo sé que muchos están de acuerdo con el título y con la frase: LA IGLESIA NECESITA AIRE; NECESITA RESPIRAR. ¿Un Concilio Vaticano III? No sé, pero ese «Aggiornamento» que se dio durante 1962-1965, es necesario, la Iglesia se está ahogando en sí misma.

El cardenal Martini, a quien cito por ser el único clérigo de la alta jerarquía en querer (como algunos seminaristas, sacerdotes, pero que no dicen nada por miedo a ser tildados de "rebeldes") abolir el celibato, decía: "si bien es cierto, la vida consagrada es bella, lo es de igual forma la vida matrimonial. Eso de que el sacerdote vale más o es más feliz no es cierto, todos somos hijos de Dios y estamos llamados a la felicidad" Total, eso quiere Dios, ¿no? Que seamos felices. En otra entrevista dice: "la Iglesia debiera aceptar que los sacerdotes del rito latino se casen" (National Catholic Reporter, March 31,1995). Y, Juan Pablo II, decía: "el celibato no es esencial para el sacerdocio". No es "una ley promulgada por Jesucristo" (New York Times, July 18, 1993).

Debo aclarar, para los que no saben que, los primeros Papas, obispos y sacerdotes, eran casados, por tanto, no es un mandato divino. Si bien Jesús fue célibe, según la tradición, no "impuso" el celibato como "regla" para seguirlo. Martini también dice, en su última entrevista en vida: "la Iglesia debe recordar que en el Nuevo Testamento, los obispos y presbíteros eran casados" ( http://xurl.es/dcp8l ). Recordemos: "Jesús sanó a la suegra de Pedro" (Lc 4, 38-39).

Escribo estas líneas por eso, ¿cuántos señores de bien, ejemplares como esposos y padres no quieren ser sacerdotes? ¿cuántas monjitas no desearán elevar en el altar a Cristo? ¿cuántos sacerdotes no quieren tener esposa e hijos? (Según Future Church, el 90% de los sacerdotes quieren seguir en ese estado, pero también quieren casarse).

La Iglesia debe entender que eso de "importar" sacerdotes de América Latina a África, EE. UU., Europa debe acabarse. Las vocaciones están ahí, se "pierden" por el dichoso voto celibatal que, seamos sinceros, algunos o muchos (juzguen ustedes) clérigos, no lo cumplen.

Que no vaya a pasar a nivel mundial lo que está pasando en Austria, donde los laicos están dirigiendo las parroquias y a la comunidad (por la escasez de vocaciones a la vida consagrada. Lea: http://xurl.es/asrzr ). Si bien son personas intachables, bien escogidas, estas podrían estar siendo los sacerdotes y sacerdotisas que buscamos. 

¡LO QUE LA IGLESIA NECESITA ES: RESPIRAR!




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